Hoy me puse a escribir como todos los días, como toda la vida, un cuento, un poema, no interesa, pero con suficiente espacio interior como para que en él cupieran todos los desgarramientos del alma, los colores del ocaso y de los ensueños, las desvaídas esperanzas, el chispazo de un encuentro feliz.
¿Para qué? Sólo para que la muerte no tenga la última palabra.
¿Para qué? Sólo para que la muerte no tenga la última palabra.
Alba Omil
Extraído del libro Con Fondo de Jazz, microrrelatos, de Alba Omil. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina, 1998.
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