Semanario de Agricultura
Esta es una sección nueva del blog, donde por gentileza de su autora, aparecerán artículos de Alba Omil, próximos a aparecer en diferentes publicaciones, o ya en prensa. Fragmentos de esos textos estarán acá, como anticipo exclusivo.
Hipólito Vieytes (1956): Antecedentes económicos de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, Ed. Raigal.
Este libro recoge los artículos publicados por Hipólito Vieytes en el Semanario de Agricultura Industria y Comercio (1802-1806).
Con respecto al agro (hoy en día tema preocupante, urticante, sustancial y arteramente soslayado) puntualiza: "No es posible que pueblo alguno pueda prosperar una vez que llegue a desatender su agricultura, siendo cierto que la grandeza de las naciones es un edificio cuyos primeros materiales se sacan del producto de sus tierras. Si consultamos con imparcialidad la historia del mundo veremos que las verdaderas fuerzas de un imperio crecen o disminuyen a proporción del respeto, o del desprecio que se ha hecho de la agricultura".
Este libro recoge los artículos publicados por Hipólito Vieytes en el Semanario de Agricultura Industria y Comercio (1802-1806).
Con respecto al agro (hoy en día tema preocupante, urticante, sustancial y arteramente soslayado) puntualiza: "No es posible que pueblo alguno pueda prosperar una vez que llegue a desatender su agricultura, siendo cierto que la grandeza de las naciones es un edificio cuyos primeros materiales se sacan del producto de sus tierras. Si consultamos con imparcialidad la historia del mundo veremos que las verdaderas fuerzas de un imperio crecen o disminuyen a proporción del respeto, o del desprecio que se ha hecho de la agricultura".
Vieytes sostiene que el apoyo estatal al agro es la vía para el progreso económico. porque la agricultura genera riqueza, educa y enseña y así destruye ese poderoso instrumento de sujeción que es la pobreza.
La prosperidad económica abre las puertas a la cultura; y la cultura, a la independencia política. A propósito de la prohibición de venta -al interior y al exterior- de algunos productos, entre ellos el trigo, dice: "El pretendido tema de la escasez justificaba desde el punto de vista del Cabildo la casi permanente prohibición de extraer trigo desde Buenos Aires. Sin embargo, los cálculos más moderados demuestran que siempre queda un remanente del consumo corriente. Además de que, como lo señalaban los labradores, si se favorecía la exportación, aumentaría notablemente la producción, y en este caso, los temores quedarían absolutamente descartados. Entonces debemos pensar que quienes levantaban de continuo la bandera del pánico ante la inminente hambre, debían ser los mismos comerciantes monopolistas -que usufructuaban los sudores y sacrificios de los chacareros- en vislumbrando la amenaza de perder sus pingües negociados" […]
Alba Omil
Extraído del libro Hace tiempo en el Noroeste, de varios autores, y próxima aparición.
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