domingo, 26 de octubre de 2014

Los ojos de medusa

"El Toto sabía por experiencia, que en el sueño suelen abrirse canales por los que pueden filtrarse las visualizaciones.
Por eso su dormir era siempre cauteloso, siempre en espera de algún descubrimiento, de alguna puerta-trampa que le posibilitara el ingreso a otras dimensiones.
En la duermevela de la madrugada -la hora más propicia para las revelaciones- amortiguaba la espera dedicándose a recomponer el tejido de su alma –desgarros, agujeros como de polilla, deshilachamiento con peligro de desintegración– de trama cada vez más abierta por las devastaciones interiores; una arpillera casi; un mosquitero raído.
El zurcido no era fácil, más bien abrumador, sobre todo por ese olor que despedía el entramado de la tela: olor salvaje, como de estancamiento, como de cueva, o de pantano, resabios, quizás, de viejas costras, los saldos de ocultos dolores, desdenes, cortaduras. Porque el alma es un callejón sin salida, un pozo ciego –un excusado, bah– donde todo queda y fermenta y se pudre. Y los detritus son peores.
No era un olor que afectara su nariz, no, porque impactaba más allá, mucho más atrás, en una suerte de pituitaria metafísica, una excrecencia atávica del olfato.
Por otra parte, ¿Cómo manejar esa tela raída, interminable, que desbordaba su cuerpo enjuto y una voluntad apocada? ¡Ah! Ese era el problema. Su alma a punto de desintegrarse, y él, que debía reparar el estropicio, procurando que las puntadas fueran invisibles; o bordar algo encima del remiendo, tal vez un dibujo luminoso, proveniente del pasado, del real o del que soñó; o del futuro, más factible pero más desgastado por el uso. Y a ese parche ponerle un olor limpio, fresco y persistente, que anulara los rastros de anímicas infecciones, de pavores presentes y pasados".

Fragmento de "La saga del Toto". Extraído del libro Los ojos de Medusa, de Alba Omil. Lucio Piérola Ediciones, Tucumán, 2014.


1 comentario:

Zeev dijo...

esta noche llevaré a mi cama hilo de zurcir y bordar mi aueño...
Zeev Galkin - Amikam