-I-
Muchas noches me desvelo por culpa de esta gata: corre, salta, bufa, se dispara sí misma como un proyectil, y así, jauja hasta la madrugada. De día, duerme; yo, uncida al yugo como un buey. Ya no sé qué hacer
-¿Ratones?
-No, los fantasmas.
-¿Ratones?
-No, los fantasmas.
-II-
El juego de las escondidas
El juego de las escondidas
A algunos los detesta y no los deja participar; con los otros, se divierte: la mancha, las escondidas, el juego de las estatuas.
Una noche me puse a observarlos: pequeños ectoplasmas informes y lechosos -fantasmas de gatos, quizás; o de perros, tal vez- que desaparecían y reaparecían instantánea y mágicamente en el proceso del juego.
-Los fantasmas, por supuesto, pero ¿y la gata?
-La gata también.
-Pero ¿tienes gata ?
- No, es un fantasma.
Una noche me puse a observarlos: pequeños ectoplasmas informes y lechosos -fantasmas de gatos, quizás; o de perros, tal vez- que desaparecían y reaparecían instantánea y mágicamente en el proceso del juego.
-Los fantasmas, por supuesto, pero ¿y la gata?
-La gata también.
-Pero ¿tienes gata ?
- No, es un fantasma.
Alba Omil
Extraído del libro Con Fondo de Jazz, microrrelatos, de Alba Omil. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina, 1998
3 comentarios:
Quisera tomar este cuento de Alba para rendirle homenaje, Aviso y citaré la fuente.
Gracias.
Hasta la gata me gusta!
Muchas gracias por comentar, pregunte por la autorización en la dirección de mail.
PD: esa gata de la foto fue la musa inspiradora del cuento.
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