lunes, 11 de febrero de 2008

Italianos en Tucumán - Historias de vida


Desde los albores de nuestra nacionalidad se advierte la influencia tanto del pensamiento italiano como de la cultura y de la filosofía política italianas en las grandes figuras de nuestra historia: Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, por ejemplo.
Por otra parte, viajeros italianos comenzaron a llegar desde muy temprano a nuestro país.
El ingreso creció luego a causa de la guerra. Las motivaciones son conocidas: peligro de muerte, pérdida de bienes, exclusión, inseguridad, pobreza, miseria. Un factor importante fue la persecución racial: el régimen fascista, aliado de Hitler dictó decretos y leyes segregacionistas, discriminatorios, persecutorios, pero, por conocido, no vamos a entrar en el tema.
Nos interesa otra cosa: destacar el espíritu de ese pueblo, cómo sobrellevando pesares, abandono de su tierra, de sus amigos, de su casa, de sus muertos, supo empezar de cero, demostrar lo que sabía y de lo que era capaz, dar ejemplo de constancia y de aplicación al trabajo, crecer y hacerse grande.
Tres rasgos en especial pusieron de manifiesto los italianos llegados a nuestras tierras desde comienzos del siglo XIX: dedicación al trabajo, deseos de prosperar y vocación por el arte.
Los testimonios abundan; veamos uno que, por elocuente, basta: Picardía, en el Canto XXII del Martín Fierro (188) cuenta cómo, con engaños, se quedó con toda la mercadería de "Un nápoles mercachifle / que andaba con un arpista". Es decir, vemos al "gringo", solo, en esa inmensa pampa casi despoblada, trabajando como vendedor ambulante, buscando compradores en los lugares de reunión, pero junto a un músico. Para atraer la clientela, seguro, pero también para amenizar la jornada o para alegrar su alma.
En el presente trabajo hemos reunido una serie de historias de vida, donde se ponen de manifiesto los rasgos señalados.
Algunos llegaron muy alto, muchos empezaron desde muy abajo; otros, no, pero en todos se destaca el impulso por trabajar, por crecer, la identificación con el país que los acogió; su perseverancia y, finalmente, el orgullo por pasadas conductas que sienten los herederos de aquellos emigrantes que hoy cuentan amenas y, a veces, conmovedoras historias.
Para todos ellos, nuestra gratitud.

Alba Omil

Extraído del libro Italianos en Tucumán - Historias de vida, de Alba Omil (compiladora). Lucio Piérola Ediciones, Tucumán, Argentina, 2008.

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