domingo, 30 de septiembre de 2007

Simón León. 50 años con la medicina

Este es un libro austero donde se expresan experiencias y recuerdos personales que, sobre la marcha de la lectura, son prácticas y ejemplos que pueden ser aprovechados tanto por los estudiantes como por los jóvenes graduados en el área médica.
Escrito en un estilo llano, muchas veces coloquial y apelativo, destila sinceridad no exenta de ternura, a la vez que va reflejando el panorama de la medicina en Tucumán a lo largo de 50 años, tanto sus cambios como sus invariantes.
Una galería de figuras vinculadas al ejercicio de la medicina -médicos, estudiantes, enfermeros, religiosos, administrativos- desfilan en estas páginas, convocados dentro de un aura cálida, respetuosa y llena de gratitud. Muchos de ellos ya injustamente olvidados, recobran una merecida permanencia.


Alba Omil

Extraído del texto de contratapa del libro 50 años con la medicina. Vivencias y reflexiones, de Simón León. Lucio Piérola Ediciones, Tucumán, Argentina, 2007.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Eduardo Mallea y la preocupación nacional

Cuando Mallea se refiere al conjunto de su obra habla de "un sistema" unificado por ciertas preocupaciones. Este sistema espeja un profundo pero claro y organizado mundo interior, su cosmovisión, su filosofía de la existencia, sus principios éticos, sus reglas de conducta, su preocupación estética, sus búsquedas y desvelos.
Toda su obra está recorrida por una serie de temas-obsesiones que le dan unidad. Uno de ellos, acaso el eje al que están supeditados todos los demás, es lo que él mismo ha dado en llamar "una vocación de conducta", que se objetiva en la búsqueda del hombre auténtico: "hay que hacerlo aflorar, hay que hacerlo sobrevenir dentro de uno mismo, en el país, en el universo". Pasión, dudas, desaliento pero siempre compromiso y lucha son las formas que asume ese eje vertebrador. Son las constantes. Esa lucha tiene que expresarse entre un doble juego permanente de apariencia y realidad -lo visible y lo oculto- en el que hay que desbrozar la primera parte para llegar a la segunda. Allí, en el ámbito de la realidad ha de encontrar al hombre sumergido pero auténtico (libertad, verticalidad, trabajo, responsabilidad, austeridad, hombría de bien), al país profundo; al mundo oculto y verdadero; al escritor auténtico y agonista. Así llegamos a sus grandes meridianos temáticos:

El país profundo
El hombre interior
El mundo verdadero
El escritor activo [...]


Alba Omil


Extraído del libro La letra profunda, de Alba Omil. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina, 1996.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Victoria Ocampo, la testigo

Como testigo, Victoria Ocampo tiene un doble mérito: el de una mujer longeva, y para colmo inteligente, que ha visto tantos cambios en el mundo casi a lo largo de un siglo (siglo en el que todo corre y se transforma tan velozmente) que casi podemos hablar de dos mundos: "He vivido en la época en que pasar el Canal de la Mancha en avión se consideraba una hazaña sin par. Hoy vivo en la época en que cualquier persona, sin asomo de heroísmo, cruza el canal, cruza la cordillera, cruza el Atlántico sin pestañear... Yo siempre pestañeo. He vivido en la época en que una mujer no podía encender un cigarrillo en la confitería París de Buenos Aires sin que un mozo le pidiese que lo apagara, ni seguir una carrera, o reclamar el voto sin que se rieran de sus pretensiones; ni manejar un auto sin que le gritaran algo insultante en una bocacalle. He conocido ese mundo y al de ahora en que se nombra juez a una mujer argentina porque lo merece; en que la señora Pandit, una mujer india, ha ocupado el puesto de presidente de las Naciones Unidas porque lo merece. Dos mundos". Todo esto ha visto. Todo esto ha vivido. De todo ha sido testigo activa y de todo da testimonio porque tiene facilidad para contarlo.
"Soy un escritor que se leerá de aquí a cincuenta años para saber qué pasaba en el corazón de los argentinos de mi época". Pero Victoria Ocampo se queda corta: ella no sólo ha dado testimonio de su época tal como Juan Ruiz lo dio de la suya, humildemente, cotidianamente: de aquí a cincuenta, o a cien años, si hasta entonces alguna bomba sofisticada, montada en pálido caballo no ha dado cuenta del mundo, algún investigador encontrará en los Testimonios un admirable documento de la época (¡así hablaban los argentinos!): las palabras locro, humitas, galán de noche, junto a una serie de expresiones idiomáticas a las que el curso veloz del habla habrá dejado atrás, reemplazándolas por otras.

Alba Omil

Extraído del libro Frente y Perfil de Victoria Ocampo, de Alba Omil. Editorial Sur, Buenos Aires, Argentina, 1980.

Naturales y diversas formas de erotismo


Crítica de María Eugenia Valentié publicada en el diario La Gaceta de Tucumán, el domingo 22 de septiembre de 2007, sobre el libro Bestiario Erótico y otras historias de animales, de Alba Omil y Lucio Piérola.
El vínculo a la nota es:


http://www.lagaceta.com/vernota.asp?id_seccion=109&id_nota=236537

domingo, 9 de septiembre de 2007

La magia, el misterio y sus válvulas de escape


Artículo de Alba Omil publicado en la sección literaria del diario La Gaceta, de Tucumán, Argentina, el día 9 de setiembre de 2007. El link a la nota es:

martes, 4 de septiembre de 2007

Josefa - Nace la guerrilla


Esta novela es una suerte de radiografía literaria del problema azucarero tucumano. Pero no sólo eso: configura también una asombrosa premonición ya que fue escrita en 1969, hace más de veinte años, y antes de que se iniciaran los conflictos de la subversión. Curiosamente, en este documento literario se sitúa el origen de esos conflictos en Santa Lucía, donde en realidad se iniciarían años más tarde de que su autor los previera. Por otra parte, leerla hoy es, en muchos aspectos, como recorrer los periódicos del día: el eterno retorno de las mismas situaciones de pre—zafra, como una noria gastada por el tiempo que se obstina en repetir sus esquemas —¿y sus errores?— infinitamente. Hay dos factores preponderantes que queremos destacar: a) el conocimiento del tema que evidencia el autor, hecho que le permite manejarse con soltura. De otra manera, un problema engorroso como el planteado, hubiese repercutido en pesadez de la trama, cosa que no ocurre; b) tal vez derivado del anterior pero de cualquier manera llamativo: la precognición del autor que pudo situar los hechos, hasta ese momento novelescos, justo en el lugar donde iban a desarrollarse años más tarde en la realidad. Muy pocas obras han calado tan hondo en la entraña de nuestros problemas azucareros, y sus implicancias, como la presente, por ello, mas allá de la obra literaria, debemos advertir en ella un campanazo, un llamado de atención que viene del pasado y se proyecta hacia el futuro y que nos motiva a todos, fundamentalmente a los políticos y demás factores interesados, a repensar el problema, a buscar otros planteos, ¿otras conductas? y a buscar otras salidas. Desde luego que estos hechos señalados configuran el nido donde se ubican otras cosas: historias de personajes. vidas humanas, temperamentos, modalidades, territorio ficcional abrevado en el diario vivir y elevado a la jerarquía artística.

Alba Omil

Extraído del prólogo del libro Josefa, Nace la guerrilla, de José Manuel Avellaneda. Secretaría de Post-Grado, Universidad Nacional de Tucumán, 1993