¿Qué significa Kipukamayo? Era el nombre que recibía el especialista en manejar el kipu. Para definir el kipu recurrimos a la explicación del Inca Garcilaso de la Vega: "Quipu quiere decir anudar y nudo, y también se toma por la cuenta, porque los nudos la dan de toda cosa [...] Los nudos se daban por su orden de unidad, decena, centena, millar, decena de millar y pocas veces, o nunca pasaban a la centena de millar [...] Estos nudos o quipus los tenían indios de por sí a cargo, los cuales Ilamaban quipucamayu, quiere decir el que tiene cargo de las cuentas [...] elegían para este oficio los que hubiesen dado más larga experiencia de su bondad. No se los daban por favor ajeno, porque entre aquellos indios jamas se usó favor ajeno sino el de su propia virtud".
Es decir, que ya en aquel tiempo, no cualquiera podía ejercer el cargo de contador, tenía que ser especialista, y no valían acomodos, recomendaciones, padrinazgos ni parentescos. El nepotismo no regía entre estos primitivos y atrasados aborígenes. ¿Cuántos años lucharon los contadores de Tucumán para que se respete el profesionalismo? ¿Cuántos obstáculos tuvieron que vencer para que la profesión fuera ejercida solamente por personal habilitado por título contable?
Hoy los cimientos están firmes, sus pilares consolidados por el tiempo; su nombre cargado de prestigio. Ha alcanzado una cima.
Los que vendrán han de ser los encargados de administrar tan importante herencia. La tarea ya no va a ser tan difícil como lo fue otrora, aunque no sabemos qué variantes irán imponiendo los contextos- De cualquier manera, con la misma dosis de pasión y de fe, es de imaginar que el protagonismo, los logros, la hermandad y el crecimiento han de continuar cada vez más sólidos.
Extraído del libro Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán. 75 Aniversario. Para este libro Alba Omil escribió una serie de artículos titulados "Acotaciones a la reseña histórica". Edición del Colegio, Tucumán, Argentina, 1997.
Es decir, que ya en aquel tiempo, no cualquiera podía ejercer el cargo de contador, tenía que ser especialista, y no valían acomodos, recomendaciones, padrinazgos ni parentescos. El nepotismo no regía entre estos primitivos y atrasados aborígenes. ¿Cuántos años lucharon los contadores de Tucumán para que se respete el profesionalismo? ¿Cuántos obstáculos tuvieron que vencer para que la profesión fuera ejercida solamente por personal habilitado por título contable?
Hoy los cimientos están firmes, sus pilares consolidados por el tiempo; su nombre cargado de prestigio. Ha alcanzado una cima.
Los que vendrán han de ser los encargados de administrar tan importante herencia. La tarea ya no va a ser tan difícil como lo fue otrora, aunque no sabemos qué variantes irán imponiendo los contextos- De cualquier manera, con la misma dosis de pasión y de fe, es de imaginar que el protagonismo, los logros, la hermandad y el crecimiento han de continuar cada vez más sólidos.
Alba Omil
Extraído del libro Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán. 75 Aniversario. Para este libro Alba Omil escribió una serie de artículos titulados "Acotaciones a la reseña histórica". Edición del Colegio, Tucumán, Argentina, 1997.
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