viernes, 15 de junio de 2007

Martín Fierro. La vigencia

Ciento trece años no es demasiada edad para un libro. En materia de vejez, y en lo que a libros se refiere, quien escribe estas lineas recuerda dos hechos significativos:
1) Un códice del siglo XIV que manejé en la Biblioteca Nacional de Madrid: el pergamino amarillento con manchas marrones, la gran letra miniada, la pulcritud gótica y por ahí, al margen, una minúscula, garabateada florcita, apenas perceptible; fruto quizás del jugueteo, de la abstracción o de la fatiga del copista, era quizás lo único vivo de aquel códice, tembloroso testimonio de humanidad y de vida entre tanta letra muerta, entre tanta idea ya sin vigencia.
2) En los anaqueles de la biblioteca de quien escribe estas páginas, entre una veintena de libros antiguos, un Salustio de 1556 se codea con una primera edición de L'Art Poétique, de Boileau (1674). El cuero crudo de la tapa del Salustio, la apretada gótica, el a veces confuso latín, la minuciosidad de las viñetas, las frecuentes manchas como de óxido que salpican las páginas, hablan del paso de los siglos; muchas de sus ideas, no: continúan vigentes porque hacen a la esencia de la humanidad. Editada un siglo más tarde, no pasa lo mismo con la Poétique: la mayor parte de sus ideas ya no tiene vigencia.
También el humildísimo folleto de la primera edición del Martín Fierro habla de vejez, pero muchas, gran parte de sus ideas, tienen la frescura del día y parecen haber sido registradas como un mandato, para el argentino de estos tiempos, de 1930, de 1945, de 1980, y tal vez de los que vendrán.
Hoy el campo tiene límites y las reses dueños; el tractor ha reemplazado al buey y, en gran medida, el automotor y el avión, al caballo; el gaucho ha desaparecido de la escena argentina, también el indio, los malones, las yeguadas bichocas y la ignominia del cantón de frontera y de la papeleta obligatoria para transitar por la pampa. Pero subsisten muchas cosas: no hace demasiado tiempo era necesario, indispensable, otro tipo de papeleta y un escudito distintivo de afiliación para hacer cualquier gestión, mantener o conseguir empleo y tranquilidad; la no adhesión significaba hambre, exilio, cárcel o el descenso de bibliotecario a inspector de aves en el mercado del Plata. Y "la memoria es un gran don / cualidá muy meritoria".
Continúan vigentes el abuso de autoridad y su contraparte, el acomodo y la complacencia; la renuncia voluntaria a la más elemental verticalidad humana -causas éstas de males mucho mayores- encarnadas en la figura simbólica del viejo Viscacha. En la década del cincuenta Borges escribía, acerca de los consejos: "son parte del retrato y no deberían ser otra cosa; demasiado lo hemos escuchado y aprendido los argentinos, sobre todo el que reza: 'hacete amigo del juez'". (El Aleph en Obras completas, Buenos Aires: Emecé, 1971). Sin embargo los argentinos de hoy podemos advertir cómo se mantiene su vigencia. Y el propósito de Hernández era evitar que se repitieran los ejemplos que él hacía vivir en su Poema: "mas Dios ha de permitir / que esto llegue a mejorar".


Alba Omil

Extraído del libro Cuatro versiones del Martín Fierro, de Alba Omil. Secretaría de Post-Grado, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, 1993. Este ensayo consiguió el premio "Fundación Banco de la Provincia de Buenos Aires" en el año 1984.

1 comentario:

nosotros-somos dijo...

Muy buen blog!! Perfecto literatura poesía... Lo que nos gusta!! Por cierto, si os agrada leer visítarnos. En nuestro blog encontrarás textos de grandes escritores, rusos, clásicos e iberoamericanos.Estamos emezando. Un saludo cordial!!