Todo objeto puede ser transformado, toda manera puede ser imitada, dice G. Genette (Palimpsestos. Madrid: Taurus, 1986: 478).
En el caso que nos ocupa, la figura de Circe ha ido creciendo (sobre todo interiormente) y enriqueciéndose, a partir de la versión homérica, a lo largo del camino estético.
No vamos a analizar su trayectoria, sólo nos detendremos en tres versiones:
1. Homero (Odisea).
2. Julio Cortázar ("Circe", Bestiario).
3. Manuel Antín (Circe: filme protagonizado por Graciela Borges y Sergio Renán).
Circe, la maga que transforma a sus amantes en bestias, entronca con una larga tradición universal que se pierde en los tiempos: ya se la encuentra en versiones escritas en el tercer milenio A. C., aunque sus antecedentes orales vienen de, por lo menos, un milenio atrás.
La Circe de Homero, como buena figura épica, carece de “espesor”: está privada de profundidad psicológica.
Cortázar recorta su figura sobre el molde mítico pero trabaja su espesor. Surge así, Delia Mañara, un personaje profundo y misterioso.
La Circe (Delia) de Antín, parte a su vez de Cortázar: un personaje igual y al mismo tiempo diferente pero al que hay que llegar a través de otros códigos.
El cine no se apoya sólo en la literatura: tiene como base la imagen y cuenta con el valioso aporte de la música.
Antín desarticula el tiempo y la figura de la Delia cortazariana. Sus apelaciones al lector son, en primer lugar, apelaciones al cuento de Cortázar. Por su parte, agrega motivos nuevos que imprimen notables variantes a la figura; erige símbolos que no figuran en Cortázar y a los cuales aprovecha en profundidad: el luto, el espejo, entre otros, y los convierte en procedimientos retórico-plásticos de gran utilidad.
En el caso que nos ocupa, la figura de Circe ha ido creciendo (sobre todo interiormente) y enriqueciéndose, a partir de la versión homérica, a lo largo del camino estético.
No vamos a analizar su trayectoria, sólo nos detendremos en tres versiones:
1. Homero (Odisea).
2. Julio Cortázar ("Circe", Bestiario).
3. Manuel Antín (Circe: filme protagonizado por Graciela Borges y Sergio Renán).
Circe, la maga que transforma a sus amantes en bestias, entronca con una larga tradición universal que se pierde en los tiempos: ya se la encuentra en versiones escritas en el tercer milenio A. C., aunque sus antecedentes orales vienen de, por lo menos, un milenio atrás.
La Circe de Homero, como buena figura épica, carece de “espesor”: está privada de profundidad psicológica.
Cortázar recorta su figura sobre el molde mítico pero trabaja su espesor. Surge así, Delia Mañara, un personaje profundo y misterioso.
La Circe (Delia) de Antín, parte a su vez de Cortázar: un personaje igual y al mismo tiempo diferente pero al que hay que llegar a través de otros códigos.
El cine no se apoya sólo en la literatura: tiene como base la imagen y cuenta con el valioso aporte de la música.
Antín desarticula el tiempo y la figura de la Delia cortazariana. Sus apelaciones al lector son, en primer lugar, apelaciones al cuento de Cortázar. Por su parte, agrega motivos nuevos que imprimen notables variantes a la figura; erige símbolos que no figuran en Cortázar y a los cuales aprovecha en profundidad: el luto, el espejo, entre otros, y los convierte en procedimientos retórico-plásticos de gran utilidad.
Alba Omil
Abstract del ensayo "La figura de Circe y la transtextualidad", publicado en el libro El microrrelato y otros ensayos, de Alba Omil. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán. Tucumán, Argentina, 2000.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario