Video presentado en el programa de televisión Tucumán en Positivo, donde Alba Omil era productora de contenidos, Aconquija Televisora Satelital, Canal 5, Tucumán, Argentina, 2003.
El motivo de la mujer rubia de pelo dorado aparece en los cuatro relatos transcriptos en el capítulo anterior: versiones de la Laguna del Tesoro, leyenda de la Laguna Verde (versión de Orlando Bravo), Laguna de Limitayuc, y relato sobre la vertiente de La Guanaca. Dos de ellas asocian el motivo del peine de oro. Ambos motivos, cabellera larga y dorada y peine de oro, son universales y responden a una remotísima tradición cuyos rastros hemos intentado seguir hasta donde nos fue posible.
Forma parte de un ciclo universal que incluye la leyenda germánica de Loreley, la maga que habitaba en la roca del mismo nombre, junto al Rhin, entre Saukt y Oberwesell. Sumemos a ello la multitud de relatos y leyendas sobre sirenas.
Nuestra investigación nos ha conducido hasta un relato aportado por la Materia de Bretaña, que sitúa los hechos en la ciudad de Iss -capital de Cornuailles- hacia el año 475 cuando reinaba Grandlon, llamado Grandlon el Grande: La ciudad se había convertido en un lugar de locos placeres donde la hija del rey, llamada Dahut, encabezaba las orgías. El cielo, cansado de tanto desorden decidió poner fin a la situación y, por mano de Dahut, precipitó el acto final: la princesa, a escondidas del rey, abrió las compuertas del dique que protegía la ciudad. Avanzaron las aguas cubriéndolo todo, y sólo se retiraron cuando Dahut cayó en los abismos líquidos.
Con el tiempo, la leyenda convierte a Dahut en Ahés, la sirena, hija del mar, que abandona su palacio subacuático y sale a una roca de la playa a peinar sus cabellos rubios con un peine de oro, bajo el sol de la tarde, y cuyo canto se parece al canto de las olas.
He aquí algunos motivos paralelos entre esta remota leyenda y las de nuestras lagunas: el guardián, la bella mujer rubia que sale de la profundidad de las aguas, b) el peine de oro; c) el palacio subacuático.
No es difícil imaginar que los españoles de la Conquista hayan importado desde su tierra esta bella leyenda, depositándola en estas latitudes, sobre todo, habida cuenta de la enorme difusión que tuvo la "Materia de Bretaña" en la Península Ibérica desde fines del siglo XII (1170), pero por otra parte, no debemos dejar de tener en cuenta el antecedente de las sirenas "locales", a las que ya hicimos referencia.
Forma parte de un ciclo universal que incluye la leyenda germánica de Loreley, la maga que habitaba en la roca del mismo nombre, junto al Rhin, entre Saukt y Oberwesell. Sumemos a ello la multitud de relatos y leyendas sobre sirenas.
Nuestra investigación nos ha conducido hasta un relato aportado por la Materia de Bretaña, que sitúa los hechos en la ciudad de Iss -capital de Cornuailles- hacia el año 475 cuando reinaba Grandlon, llamado Grandlon el Grande: La ciudad se había convertido en un lugar de locos placeres donde la hija del rey, llamada Dahut, encabezaba las orgías. El cielo, cansado de tanto desorden decidió poner fin a la situación y, por mano de Dahut, precipitó el acto final: la princesa, a escondidas del rey, abrió las compuertas del dique que protegía la ciudad. Avanzaron las aguas cubriéndolo todo, y sólo se retiraron cuando Dahut cayó en los abismos líquidos.
Con el tiempo, la leyenda convierte a Dahut en Ahés, la sirena, hija del mar, que abandona su palacio subacuático y sale a una roca de la playa a peinar sus cabellos rubios con un peine de oro, bajo el sol de la tarde, y cuyo canto se parece al canto de las olas.
He aquí algunos motivos paralelos entre esta remota leyenda y las de nuestras lagunas: el guardián, la bella mujer rubia que sale de la profundidad de las aguas, b) el peine de oro; c) el palacio subacuático.
No es difícil imaginar que los españoles de la Conquista hayan importado desde su tierra esta bella leyenda, depositándola en estas latitudes, sobre todo, habida cuenta de la enorme difusión que tuvo la "Materia de Bretaña" en la Península Ibérica desde fines del siglo XII (1170), pero por otra parte, no debemos dejar de tener en cuenta el antecedente de las sirenas "locales", a las que ya hicimos referencia.
Alba Omil
Extraído del libro Mitos y leyendas del agua en el Noroeste Argentino, de Alba Omil. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina, 1998.
2 comentarios:
che loco una masa, la verdad que no se muy mucho de literatura pro la idea esta buena...y unos amigos vieron el video y les gusto mucho asi que quieren que les mande el video y que sigamos tocando....nos vemos che una abrazo....Cesar , de aqui a dos cuadras
lucio, vi el video bellisimo me encanto la musica y el tema, espero que sigas con tu grupo de amigos haciendo musica.
con cariño ALEJANDRA FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
Publicar un comentario