viernes, 20 de abril de 2007

La música del otro mundo

[...] La imagen del Otro Mundo, que parece yacer en el inconsciente colectivo de la humanidad, ofrece diferentes características, según el pueblo del cual se trate.
De cualquier manera, hay elementos en común para casi todos ellos, uno es la armonía; otro, el tiempo que no transcurre y todas sus implicancias: felicidad, goce, en fin. Vinculada a la armonía y al deleite, aparece la música.
¿Qué significación profunda tendrá la música para el alma humana?¿qué carácter imprescindible, que la coloca en los diversos ámbitos que la fantasía intuye para el Otro Mundo?
Un rastreo veloz nos permitirá encontrar el concepto en múltiples culturas. [...]
Los celtas, en su estupenda, maravillosa fantasía se complacen en describir las delicias del Otro Mundo, en donde la música ocupa un lugar de privilegio. Este motivo de la música y el canto pasan muy temprano al resto de Europa y se difunden con la literatura artúrica (siglo XII) a través de romances del ciclo bretón y de las novelas de caballerías.
En el Otro Mundo de los persas reina Yima en un paraíso de felicidad y frescura, donde suena permanentemente la música y el canto [...].

Después de su encuentro con la Divinidad, Mahoma escucha "el armonioso concierto de los seres celestiales (...) Yo distinguía en ellos las voces más diversas: sonidos agudos y estridentes, susurros como el de la fronda que el viento agita, dulces arrullos como el gemido de la paloma, murmurios sordos como el de las abejas en la colmena, fragosos estrépitos como el del trueno. Y todos ellos a pesar de su diversidad, se me ofrecían claros y distintos como emanando unos de debajo de otros". La solemne armonía de aquel angélico concierto turba, una vez más, el espíritu de Mahoma [...].
Dentro de la variedad de concepciones escatológicas del mundo medieval, siempre la música y el canto están presentes con una diversidad de versiones, tantas como la fantasía humana puede elaborar.
Barlaam y Josafat, atribuido a S. Juan Damaceno (mediados del s.VIII) y basado en una leyenda de Buda y en el Apocalipsis de Pedro, -traducido luego a diferentes idiomas- narra una visión de Josafat quien, después de una larga peregrinación llega a una llanura cubierta de flores donde "escuadrones alados producen una melodía como ningún mortal ha oído" [...].
En fin, la lista y el análisis podrían continuar pero lo dicho basta para sacar una, entre tantas otras posibles consclusiones: la humanidad, que se unifica por tantos meridianos negativos que la atraviesan de punta a punta, puede mostrar una vertical luminosa, sonora, positiva -la música- como un común denominador que la redime, exalta y dignifica.


Alba Omil

Fragmentos extraídos del artículo "La música del otro mundo", publicado en el libro La música y el canto, de varios autores. Ediciones del Rectorado, Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán, Argentina, 1988.

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